Aceite de oliva Virgen Extra procedente de pequeñas partidas seleccionadas de nuestra cosecha familiar, bajo la marca comercial «Martita«. Nuestra cosecha procede íntegramente de dos olivares familiares centenarios de secano.
AOVE Martita
Cada uno de los dos aceites que producimos, procede única y exclusivamente de una finca, conservando intacta la identidad de su zona. La maduración del fruto es muy homogénea, al tratarse de aceituna de un mismo olivar, con similares características edafológicas y climáticas.
Asimismo, se garantiza que la aceituna procede íntegramente de olivos centenarios de secano, al no mezclarse partidas. Ésto nos permite seleccionar los frutos de las zonas del olivar que por sus propias características y las circunstancias de maduración.
Hemos desarrollado dos marcas de AOVE, procedentes de pequeñas y cuidadas selecciones de nuestros dos olivares de la provincia de Córdoba:
- de nuestro olivar de Espejo (Comarca de Baena, Córdoba), obtenemos un Coupage de Picual y Picudo (bajo la marca «Pícara«)
- de nuestro olivar de Montilla (Campiña de Córdoba) obtenemos un Monovarietal de Hojiblanca (bajo la enseña «Inmadura«)
Martita, la Almazara
Todo nuestro AOVE procede de aceitunas de nuestras fincas familiares de olivos centenarios de secano. En la provincia de Córdoba, cerca de la villa de Espejo, cuidamos nuestros olivos de aceitunas Picual, plantados en el siglo XIX.
Siguiendo las antiguas prácticas, los olivos cuentan con tres «patas», tres árboles están plantados juntos. Esto favorece la polinización, donde los olivos Picuales cuentan con un hermano Picudo u Hojiblanco.
Seleccionamos las aceitunas Picudo para nuestro AOVE «Pícara«, por sus excepcionales cualidades. En cambio, para elaborar nuestro aceite «Inmadura«, nos vamos a nuestro olivar de la variedad Hojiblanca, plantado entre los siglos XVIII y XIX.
En ambos olivares, cada «trío» de olivos se encuentra a doce metros del siguiente. Esto permite a estos olivos abarcar con sus raíces un mayor volumen de suelo, y conseguir frutos de mayor riqueza.
Nuestros olivos son de secano, y lógicamente sufren un gran estrés, con veranos de más de 40ºC, sin apenas agua. La consecuencia es que las cosechas son reducidas, pero la aceituna de máxima calidad, características organolépticas superiores y mayor abundancia de notas picantes y amargas.