La Emergencia del Aceite de Oliva Francés: El Caso del Valle del Gier
El reportaje de France Bleu sobre «L’huile d’olives de la Vallée du Gier» pone de manifiesto una tendencia agrícola notable y relativamente reciente en Francia: la expansión del cultivo del olivo más allá de sus bastiones históricos, como Provenza y Occitania. El Valle del Gier, ubicado en la región de Auvernia-Ródano-Alpes (cerca de Saint-Étienne), se ha convertido en un ejemplo fascinante de cómo el cambio climático está redefiniendo los paisajes agrícolas, otorgando a esta zona tradicionalmente más fría un «aire de Provenza» que permite la maduración de la aceituna.
La iniciativa es impulsada por la Unión de Oléicultores Aficionados y Profesionales del Gier, un colectivo de particulares y propietarios de pequeños olivares. Este grupo, que se ha estructurado en una asociación, es un testimonio del interés local por revivir o iniciar la producción de un auténtico Aceite de Oliva Francés. La motivación no es solo económica, sino también cultural y de sostenibilidad, buscando aprovechar los recursos locales y el conocimiento ancestral del terroir.
El proceso de producción es altamente colaborativo y artesanal. Los miembros de la Unión recolectan las aceitunas de sus huertos y jardines. Esta recolección, que ocurre típicamente a finales del otoño y principios del invierno (noviembre/diciembre), se caracteriza por la frescura y la rapidez con la que el fruto es llevado al molino. El agrupamiento de las cosechas privadas es esencial, ya que el volumen de cada productor individual es insuficiente para un prensado eficiente. El destino de las aceitunas, en muchos casos, son molinos cercanos como el de Bourg Saint Andéol, donde son transformadas en aceite virgen extra.
El rendimiento en la zona es un desafío, con una proporción que a menudo requiere alrededor de diez kilogramos de aceitunas para obtener un litro de aceite, lo que subraya el carácter precioso y el alto valor añadido de este producto. La calidad es la prioridad, buscando un aceite de baja acidez y un perfil aromático fresco y afrutado, distintivo del prensado de aceitunas francesas.
Este fenómeno del Valle del Gier se enmarca en un contexto nacional donde el Aceite de Oliva Francés (identificado con el sello Huile d’Olive de France) es sinónimo de calidad premium. Aunque la producción nacional es reducida y solo cubre una fracción del consumo interno, es altamente valorada. Las ocho Denominaciones de Origen Protegida (AOP), como las del Valle des Baux-de-Provence o Aix-en-Provence, garantizan el origen y la excelencia, basándose en variedades locales como la Aglandau, la Picholine o la Salonenque.
El surgimiento de la olivicultura en el Gier es, por lo tanto, más que una anécdota local; es un símbolo de la resiliencia agrícola francesa y de su capacidad para adaptarse al clima. Fortalece la imagen del Aceite de Oliva Francés como un producto de alta gama, valorado por su trazabilidad, su método de extracción puramente mecánico y su contribución a la rica diversidad gastronómica gala, un nicho que sigue ganando reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional.



