Aceite de oliva para reducir la inflamación crónica

Aceite de oliva virgen extra para reducir la inflamación crónica

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Aceite de oliva para reducir el estrés oxidativo

El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es reconocido por la comunidad de expertos en nutrición como un componente nutracéutico fundamental para el abordaje dietético de la inflamación crónica sistémica. Su composición bioquímica, rica en ácidos grasos monoinsaturados y compuestos bioactivos, le confiere un potente perfil antiinflamatorio que puede integrarse fácilmente en la dieta diaria.

Fundamentos bioquímicos de la acción antiinflamatoria

La capacidad del aceite de oliva para mitigar la inflamación se atribuye principalmente a tres grupos de compuestos clave y sus mecanismos de acción:

1. Ácido Alfa-Linolénico (ALA) y Modulación de la Respuesta Inflamatoria

El AOVE contiene ácido alfa-linolénico (ALA), un ácido graso poliinsaturado omega-3 de origen vegetal. En el organismo, el ALA actúa como precursor, con una tasa de conversión limitada, de los ácidos grasos de cadena larga más potentes: el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA).

  • Mecanismo de EPA: El EPA ayuda a prevenir la biosíntesis de compuestos que actúan como desencadenantes directos de la inflamación.
  • Mecanismo de DHA: El DHA reduce la transcripción, expresión y posterior secreción de proteínas y citocinas proinflamatorias.

Es crucial notar que, dado el bajo porcentaje de conversión de ALA a EPA/DHA en humanos, el aceite de oliva se considera un complemento sinérgico a una dieta que ya incorpore fuentes primarias de EPA y DHA, como el pescado azul, para optimizar la ingesta total de omega-3 con fines antiinflamatorios.

2. Polifenoles y neutralización del estrés oxidativo

La actividad antiinflamatoria más distintiva del AOVE reside en su alta concentración de compuestos polifenólicos, que actúan como potentes antioxidantes. Estos compuestos son esenciales para combatir los radicales libres, moléculas inestables que, en altas concentraciones, inducen el estrés oxidativo y son un factor etiológico directo en la inflamación crónica.

  • Oleocanthal: Un polifenol específico y clave que confiere al aceite de oliva su sabor picante característico. Se ha demostrado que el oleocanthal posee una acción farmacológica análoga a la de los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), al inhibir la actividad de enzimas esenciales en la cascada inflamatoria, bloqueando específicamente la formación de mediadores proinflamatorios.
  • Función General: Los polifenoles en su conjunto reducen la formación de diversas proteínas que promueven la inflamación a nivel sistémico.

3. Vitamina E (Tocoferoles) y protección de membranas

El aceite de oliva también aporta vitamina E (principalmente alfa-tocoferol), un nutriente esencial y un antioxidante liposoluble. Su función principal es proteger las membranas celulares del daño oxidativo inducido por el estrés celular, manteniendo la integridad de las células y contribuyendo indirectamente a la supresión de la señalización inflamatoria.

Pautas de ingesta y aplicación culinaria

Aunque la literatura científica no ha establecido una ingesta diaria estándar con valor de Recomendación Dietética Permitida (RDP) específicamente para la gestión de la inflamación, diversos estudios sugieren que un consumo habitual de entre media (½) y tres (3) cucharadas soperas (aproximadamente 7 a 45 mililitros) de aceite de oliva al día está asociado con beneficios cardiovasculares y antiinflamatorios.

La versatilidad del aceite de oliva facilita su inclusión en la dieta:

  • Uso en cocción: Puede utilizarse como aceite de cocción por su estabilidad térmica, aunque el calor puede degradar parcialmente ciertos polifenoles volátiles.
  • Uso en crudo: Para maximizar la ingesta de fitoquímicos, se recomienda su aplicación como aderezo final (drizzle) sobre platos terminados (e.g., sopas, ensaladas) o como componente de marinadas, donde además de propiedades nutritivas, aporta textura y un perfil organoléptico complejo.

En resumen, la combinación sinérgica de ALA, oleocanthal y otros polifenoles, junto con la vitamina E, consolida al aceite de oliva como un componente dietético fundamental para la modulación efectiva y sistemática de los procesos de inflamación crónica.

Nota importante: aceitedelcampo.com promueve el consumo del aceite de oliva virgen extra por sus cualidades culinarias y beneficios para la salud. No obstante, no debe sustituirse ningún medicamento o tratamiento actual sin la orientación de un profesional de la salud.

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