Turquía anticipa una caída drástica en la producción de aceite de oliva
El sector del aceite de oliva de Turquía se prepara para enfrentar una de las temporadas más difíciles y desafiantes de los últimos años. Las proyecciones para el ciclo agrícola 2025/2026 apuntan a una caída dramática y significativa en la producción de aceite de oliva virgen extra (AOVE). Esta previsión de escasez contrasta fuertemente con la euforia vivida durante la campaña anterior, en la que Turquía alcanzó niveles de cosecha históricamente altos, posicionándose brevemente como un actor dominante en el mercado global.
La fuerte disminución esperada en el volumen de aceite de oliva de Turquía no es un fenómeno aislado, sino la convergencia de factores agronómicos y climáticos que han afectado severamente el potencial productivo de los olivares. Históricamente, el olivo ha sido una planta resiliente, pero su naturaleza misma impone un ritmo de producción que ahora se hace evidente.
🌳 Los Factores Clave Detrás de la Disminución
La principal razón agronómica es el Ciclo Bienal Natural (o vecería). El olivo, como muchas otras especies frutales, tiende a alternar entre un «año alto» (de gran producción) y un «año bajo» (de menor producción). La temporada 2024/2025 fue un año de cosecha récord para el país, lo que naturalmente estresa a los árboles, agotando sus reservas. Por lo tanto, la temporada 2025/2026 es, por defecto, un «año bajo» que exige un descanso productivo a la mayoría de los huertos.
A este patrón natural se suman las Condiciones Climáticas Adversas, que actuaron como un multiplicador negativo. La fase crítica de floración y cuajado del fruto se vio comprometida por una combinación de factores estresantes. En muchas regiones productoras, la sequía prolongada redujo drásticamente la humedad disponible en el suelo, limitando la capacidad del olivo para sostener la floración y el desarrollo inicial del fruto. Además, la incidencia de un invierno severo y variaciones extremas de temperatura durante la primavera impactaron negativamente en la viabilidad de la flor, resultando en un cuajado deficiente y, por ende, en rendimientos muy bajos en gran parte del país.
📉 Impacto en las Proyecciones y el Mercado
Las disparidades en las estimaciones reflejan la incertidumbre actual. Mientras que organismos internacionales como el Consejo Oleícola Internacional (COI) han proyectado una producción nacional de entre 280.000 y 290.000 toneladas, un número que ya representa una caída significativa, los análisis más cercanos a los productores y comerciantes turcos manejan cifras considerablemente más pesimistas. Estos analistas locales sitúan la producción total de aceite de oliva de Turquía en un rango mucho más reducido, entre 150.000 y 180.000 toneladas.
Para contextualizar la magnitud de esta caída, la proyección más baja representa apenas un tercio de las impresionantes 475.000 toneladas que se cosecharon durante la campaña anterior. Esta brecha productiva tendrá consecuencias directas tanto para los consumidores internos como para los mercados de exportación.
A pesar de los bajos rendimientos volumétricos, una nota positiva para los productores es la expectativa de que la calidad del aceite de oliva de Turquía se mantenga alta. Menos cantidad de aceituna en el árbol a menudo resulta en una mayor concentración de polifenoles y aromas, lo que beneficia la calidad del AOVE final.
Sin embargo, la preocupación central es económica. Esta escasez generalizada, no solo en Turquía sino también en otros países mediterráneos clave, ejercerá una presión al alza sobre los precios tanto a nivel nacional como internacional. Los consumidores y los importadores deberán prepararse para un encarecimiento del producto, mientras que los productores turcos, a pesar de los precios más altos, enfrentarán el reto de compensar el drástico descenso en el volumen de venta, haciendo de la campaña 2025/2026 un verdadero test de resiliencia y gestión para el vibrante sector del aceite de oliva de Turquía.



