Confirman los beneficios del AOVE para la flora intestinal
Un equipo de investigación de la Universidad de Jaén (UJA) ha confirmado los beneficios del aceite de oliva virgen extra sobre la flora intestinal. Para ello, comparó los cambios que se producen en la microbiota intestinal de ratones cuando son expuestos a una dieta que contiene diferentes tipos de grasas. Los experimentos demuestran que el AOVE promueve la estabilidad reproductiva y funcional de las bacterias en el organismo.
Estos resultados contribuyen a la localización de microorganismos que sirven como marcadores del síndrome metabólico, un grupo de desequilibrios orgánicos que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, enfermedades cerebrovasculares o diabetes tipo 2, como por ejemplo: B. presión arterial elevada o niveles elevados de azúcar, colesterol o triglicéridos en sangre, entre otros, según informa la Fundación Discover.
Además, la detección de bacterias marcadoras permite esclarecer mejor las causas del síndrome del intestino irritable, un grupo de enfermedades intestinales sobre las que hoy en día se sabe muy poco y que, según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), afectan. El 8% de la población en España sufre otras dolencias.
La relación entre el consumo de ciertos tipos de grasas y ciertas enfermedades es ampliamente conocida en la literatura científica. Sin embargo, el estudio de las bacterias intestinales a nivel fisiológico, es decir, la influencia de la dieta y los cambios resultantes en la microbiota, es un área que aún necesita ser explorada.
En este sentido, en el artículo «Evidence Supporting the Involvement of the Minority Compounds of Extra Virgin Olive Oil, through Gut Microbiota Modulation, in Some of the Dietary Benefits Related to Metabolic Syndrome in Comparison to Butter» publicado en la revista Molecules, los expertos han demostrado cómo cambia la salud de ratones en función del tipo de ácidos grasos de su dieta y cómo esto afecta a la acción y proliferación de las bacterias que componen la microbiota intestinal.
Los investigadores señalan que en el cuerpo humano coexisten más de 1.000 especies diferentes de bacterias. Algunos son bien conocidos por su función con diferentes alimentos, pero sigue siendo un área amplia de investigación para los investigadores, tanto en términos de su orden de acción como de la respuesta que brindan en diferentes situaciones.
Se compararon 227 géneros, que se obtuvieron de las heces de ratones. Los resultados de las pruebas mostraron que catorce de ellos tenían diferencias estadísticamente significativas dependiendo de su dieta.
Organismos que regulan la tensión
En estudios anteriores, los investigadores demostraron que la presión arterial es el factor más visible que influye en el síndrome metabólico y que su variación está relacionada con una bacteria llamada Desulfovibrio. De esta forma, confirmaron que una dieta rica en mantequilla no sólo aumentaba la presión arterial sino que también incrementaba la presencia de este microorganismo en las heces de los ratones. Sin embargo, los parámetros del AOVE no se modificaron.
El peligro asociado a la proliferación de estos organismos radica principalmente en la cantidad de ciertos compuestos que liberan. Hasta cierto punto son útiles, pero si producen más de lo necesario se vuelven tóxicos y causan enfermedades. La mayoría de las bacterias del intestino son anaeróbicas, lo que significa que no necesitan oxígeno para sobrevivir.
Sin embargo, también utilizan otros elementos para realizar sus funciones, como el desulfovibrio con el azufre que proviene de los alimentos y otros compuestos presentes en el organismo, como algunas sales biliares. Este tipo de bacteria reduce el sulfato en grandes cantidades para generar energía y expulsa el sulfuro de hidrógeno resultante como desecho, el cual en grandes cantidades se asocia con problemas intestinales, cálculos biliares y presión arterial alta.
Menú con grasas y bacterias
Para descubrir cómo la comida que les dieron a los ratones afectó, los expertos monitorearon su peso, presión arterial y las cantidades de azúcar, colesterol y triglicéridos en la sangre durante 12 semanas y analizaron loslas bacterias presentes en las muestras de heces para comparar las diferencias dependiendo del tipo de aceite utilizado.
Para estudiar la composición bacteriana en las heces, se extrajo ADN utilizando un nuevo método innovador llamado secuenciación masiva, que reduce significativamente el tiempo necesario para secuenciar organismos.
Los resultados obtenidos incluyeron que los parámetros de presión arterial así como los niveles de azúcar en sangre, colesterol y triglicéridos se mantuvieron similares seis semanas después del inicio de las pruebas. Sin embargo, la microbiota ya estaba alterada.
Las hipótesis sugerían que la variedad refinada se comportaría de manera similar a la variedad virgen extra, pero no siempre fue así. Esto sugiere que los aceites refinados, como la mantequilla, podrían tener efectos negativos sobre el síndrome metabólico. Además, los polifenoles del AOVE tienen un efecto positivo directo sobre la microbiota que otras grasas no tienen porque no los contienen.
Tras doce semanas de experimentos, se observaron diferencias significativas en muchos otros parámetros de las tres dietas, lo que llevó a concluir que el aceite de oliva virgen extra es el que mejor regula la microbiota intestinal del organismo.
La investigación ha sido financiada por el proyecto «Estudio sobre la influencia del aceite de oliva en la microbiota del tracto gastrointestinal (murino) y sus consecuencias fisiológicas», financiado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía.