El aceite de oliva envejece más lentamente
El aceite de oliva virgen extra puede ayudarte a envejecer más lentamente y mejor. A esta conclusión llegó un estudio realizado por Giorgio D’Andrea, joven investigador del Instituto de Biología Celular y Neurobiología del Consejo Nacional de Investigaciones (CNR) de Roma, gracias a un proyecto de investigación financiado por Monini para el año 2021.
El aceite de oliva virgen extra, rico en ácidos grasos monoinsaturados, puede ayudar a retrasar el envejecimiento y mejorar la función cognitiva. Los resultados muestran que hubo un aumento de nuevas células cerebrales en una región llamada hipocampo, lo que está asociado con una reducción del estrés y la ansiedad.
Además, el estudio descubrió que el aceite de oliva protege el microbioma del daño relacionado con el estrés. Los ácidos grasos monoinsaturados, como los del aceite de oliva, promueven la longevidad, lo que puede explicar por qué las personas que consumen más aceite de oliva viven más.
En el estudio PREDIMED, el uso de aceite de oliva virgen extra se asoció con una reducción de eventos relacionados con enfermedades cardíacas, en particular accidentes cerebrovasculares. También se han realizado estudios preliminares sobre el cáncer de mama.
Investigadores de la Universidad de Stanford descubrieron recientemente que las grasas poliinsaturadas pueden ayudar a prolongar la vida de los gusanos. Estos hallazgos pueden tener implicaciones para la salud humana, ya que muchos mamíferos comparten las mismas vías metabólicas.
Esta investigación consideró el efecto del hidroxitirosol sobre las células madre neuronales en el cerebro, en un modelo experimental. Este es uno de los pocos estudios internacionales que han investigado las propiedades del aceite en relación con el envejecimiento cognitivo.
Los resultados mostraron que en la población tratada con esta molécula se produce un aumento de la producción de nuevas neuronas en una región del cerebro, el hipocampo, compatible, además, con la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo.
En pruebas de comportamiento, también se observó una disminución de la ansiedad y el estrés en los sujetos tratados en comparación con los controles. Esto podría estar relacionado con la producción de neuronas en el hipocampo, pero también con la composición de la microbiota. De hecho, según los análisis, se confirma que la administración de hidroxitirosol protege la microbiota de alteraciones nocivas provocadas por el estrés.
En definitiva, el estudio confirma el papel antioxidante y antiinflamatorio de una de las moléculas características del aceite de oliva virgen extra, que podría tener efectos protectores sobre la génesis de neuronas en sujetos de edad avanzada.
Además, el estudio añade un nuevo elemento que merece más investigación en el futuro: la protección de la microbiota frente a alteraciones nocivas propias de la edad, que podrían afectar a la salud mental de los individuos.
Aceite de oliva, ¿fuente de juventud?
Un estudio confirma sus beneficios sobre la esperanza de vida y acaba de revelar que el aceite de oliva podría aumentar la esperanza de vida. De hecho, en la cocina nos encontramos con personas que sólo cocinan con mantequilla y otras con aceite de oliva. Sin embargo, es el aceite de oliva el que guarda el secreto para vivir una vida más larga y saludable. Así que ahora es el momento de consumirlo diariamente en tus ensaladas o para asar tus verduras.
Para llegar a esta conclusión, científicos estadounidenses llevaron a cabo investigaciones durante casi 30 años. El estudio analizó aproximadamente 60.000 mujeres y 30.000 hombres sanos. Cada cuatro años, a los participantes se les hizo una serie de preguntas sobre su dieta, y los resultados se publicaron en enero de 2022 en el Journal of the American College of Cardiology.
Los científicos compararon la dieta del grupo de voluntarios aún vivos con la de los fallecidos y observaron una reducción del 29% en el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular. De hecho, el consumo diario de al menos 7 g de aceite de oliva, o media cucharada, reduce en un 17 % el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer, o en un 18 % por problemas respiratorios.