Historia del aceite de oliva

Origen del aceite de oliva

¿De dónde viene el aceite de oliva?

El origen del aceite de oliva está en las costas del levante mediterráneo, en Siria, Líbano, Palestina e Israel. Fue en estas zonas donde efectivamente se comenzó a extraer aceite de las aceitunas silvestres (aceite de acebuche).

Forma parte de la historia de la cultura mediterránea, así como de la evolución de su agricultura, va unida a la historia del vino, así como a la del pan. El aceite de oliva se ha convertido hoy en día en uno de los productos estrella de la gastronomía.

Georges Duhame, escritor y poeta francés, llegó a afirmar que “el mediterráneo acaba donde el olivo deja de crecer”. Sin embargo, pocos saben quién inventó el aceite de oliva o cuál es el origen de este oro líquido.

El árbol del olivo ha estado presente a lo largo de toda la historia de la humanidad. Y no solo en gastronomía, también en cosmética, como combustible, o en rituales religiosos. Incluso, parece ser que el olivo existió mucho antes de que el ser humano habitara la tierra. Concretamente, sus restos datan del periodo Mioceno Superior, 20 millones de años atrás.

¿Quién inventó el aceite de oliva?

La etimología de “aceite de oliva” ofrece una idea de la historia y procedencia de esta grasa de origen vegetal. De hecho, aunque en castellano “aceituna” y “oliva” sean sinónimos, su origen es diferente.

Nuestra “oliva” procede del griego clásico, y derivó en el vocablo latino “óleum”, “oli” en las lenguas romances “oli”, “oil” en inglés y “öl” en alemán. En cambio, “aceite” proviene del vocablo hebreo “zait” que derivó al árabe como “zaitum”.

Así, el origen de la palabra “oliva” está unido tanto a los pueblos del norte mediterráneo como a los mediterráneos orientales y meridionales. Por tanto, de una forma u otra, zonas bañadas por el mar mediterráneo.

En el Antiguo Egipto

Los egipcios otorgaban una gran importancia a este oro líquido. En concreto, era la propia diosa Isis la encargada de enseñar a los hombres el cultivo del olivo. Asimismo, el árbol del olivo era representado en los sarcófagos de algunos faraones de la época.

Como la variedad utilizada daba un rendimiento de aceite bajo, se utilizaba sobre todo como fármacos o cosméticos. Y debido a esta escasa producción, fueron los egipcios los primeros en importarlo de otras zonas de cultivo, como Grecia.

En la Antigua Grecia

Los antiguos griegos daban también una gran importancia a la producción del aceite de oliva. Así, numerosas cerámicas, joyas u objetos de la vida cotidiana hacían referencia al árbol de olivo y a su fruto.

La aparición del aceite de oliva en la Antigua Grecia tiene lugar en la isla de Creta. Y a partir de ahí, se establecieron rutas comerciales con Egipto y otros pueblos Mediterráneos. En parte era considerado también un símbolo de distinción entre clases, y solo las clases altas consumían aceite de oliva.

Y al igual que en el Antiguo Egipto, también era utilizado como remedio medicinal, en la cosmética o como combustible. En particular, en los juegos olímpicos, a los campeones se les otorgaba una ramita de olivo como reconocimiento.

La mitología griega

En la mitología griega la fundación de Atenas, está ligada al olivo. Así, los habitantes de la ciudad encomendaron a Cécrope, primer rey del territorio, ponerle un nombre a la ciudad. Para ello, en recuerdo a la divinidad que más beneficio aportarse, tanto Poseidón y Atenea compitieron por conseguir ese privilegio.

Poseidón hizo brotar un manantial de un sabor salado que no agradó a los habitantes de la ciudad. Por su lado, Atenea hizo florecer “el primer olivo” junto al manantial de Poseidón. Finalmente Cécrope se posicionó del lado de la diosa de la sabiduría y Atenas recibió el nombre de la diosa Atenea, y este primer olivo fue venerado en el Acrópolis.

De hecho, Homero llamó al fruto del olivar “oro líquido” considerándolo uno de los tesoros del mediterráneo. Y los participantes de las Olimpiadas de la época se huntaban en aceite para proteger su cuerpo del sol, el calor o las caídas.

Aceite de oliva en el Imperio Romano

Los romanos adquirieron las costumbres, tradiciones y técnicas de los antiguos griegos, y así ocurrió con los conocimientos sobre el cultivo del olivo y la producción de aceite de oliva. De este modo, convirtieron este producto, junto al vino y el pan, en un elemento fundamental de su economía, y uno de los principales exportadores de oro líquido en el mediterráneo.

Los avances territoriales y militares del Imperio Romano permitieron su expansión por numerosas zonas Mejoraron tanto el traslado del aceite como su cultivo, y el molino romano era movido por animales, lo que garantizaba una mayor productividad. Además, para el comercio del aceite se transportaba en ánforas.

El aceite de oliva fue un ingrediente muy presente en la gastronomía de la época, y el gastrónomo romano Apicio, hablaba de más de 300 recetas en las que aparecía el aceite de oliva. Lo emplearon asimismo como combustible para la iluminación o en la cosmética, con perfumes y ungüentos, así como hidratante corporal, para curar heridas, úlceras, bajar la fiebre o calmar cólicos, entre otros.

Origen del aceite de oliva en España

Fue durante la época del Imperio Romano cuando la producción, el comercio y el consumo del aceite de oliva alcanzó su mayor esplendor. Así, con la ocupación romana de Hispania, la producción olivarera se extendió en mayor medida en este territorio.

No obstante, el cultivo del olivar ya había sido introducido en España por los Fenicios y los Griegos, pero no cabe duda de que con la llegada del Imperio Romano cobró mayor importancia. Era de hecho, de los mejores aceites valorados de la época, por lo que millones de vasijas de aceite eran importadas desde Hispania al resto del Imperio.

En la Edad Media

La Edad Media trajo consigo la decadencia de la producción de aceite de oliva por ser considerado un producto caro. Además, recordaba a los pueblos conquistadores las costumbres romanas, por lo que era despreciado y quedó relegado a las clases más altas.

Y en la Europa Medieval fueron las órdenes religiosas las que tomaron el control sobre la producción del aceite, otorgándole un uso litúrgico y se utilizaba en los candiles de los altares que iluminaban las iglesias de la época.

Las revoluciones tecnológicas de la Modernidad

Las revoluciones tecnológicas de los siglos XIX y XX mejorararon las técnicas de cultivo, recolección y distribución pero la invención de nuevos métodos de iluminación provocó que la demanda mundial del aceite de oliva disminuyese.

El aceite de oliva en la actualidad

La producción mundial de aceite de oliva se concentra sobre todo en las zonas del mediterráneo, y España se encuentra a la cabeza del ranking mundial de productores de este oro líquido.  De este modo, la Unión Europea en la principal exportadora de este zumo de la aceituna al exterior y sus países son también los que más lo consumen.

El aceite de oliva se ha convertido en un ingrediente indispensable en la gastronomía. Y la dieta mediterránea fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esto hizo que aumentase la demanda de este aceite vegetal, no solo por su increíble sabor, sino también por sus múltiples propiedades y beneficios para la salud.

El futuro del aceite de oliva virgen extra (AOVE)

El presente y futuro del aceite de oliva virgen extra (AOVE), la auténtica joya de la gastronomía, es tan estable y seguro como sus propiedades. Este futuro pasa por el mantenimiento de técnicas ancestrales aplicando toda la modernidad, explotando todas las posibles formas de comercialización.

Desde Aceite del Campo promovemos la cultura del aceite de oliva virgen extra como un producto Gourmet, que debe cuidarse y saborearse como un buen vino.

 

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